Quién se animaría a decir cuándo y porqué decidió consagrarse el día de hoy como el Día Mundial del Agua.
Quién, si el agua es quizás lo que dio vida al segundo elemento. El agua es vida desde siempre, cuál podría ser su día?
Nuestro contacto con ella es constante como su flujo en acequias, ríos, mares y océanos. Porque nuestra vida no sería sin ella.
Ella nos dio todos generosamente desde siempre y no fue solo vida, sino salud, el agua se unió a otros elementos para ser muro,
se convirtió en gota para ver crecer sembrados, en recurso para apagar incendios. En su simpleza transformadora fue cumpliendo siglo tras siglo con el compromiso inalterable de cuidarnos.
Este año en particular y en estos días tan convulsionados, nos encuentra pidiéndole que ahora se ponga su traje de higiene. Que corra por nuestras manos
20 segundos cada al menos 30 minutos, para limpiarnos del terrible virus que nos amenaza en cada contacto. Una vez más, aquí está, como la caricia de una madre.
Para quienes abrimos el grifo día a día es algo absolutamente normal, pero la realidad es que a lo largo de la historia el hombre tuvo que trabajar mucho para
subsanar la necesidad o el maltrato hacia el vital elemento. 4.000 años aC ya se comenzaron a tener registros de métodos para potabilizar el agua y 1.500 aC
del uso de sulfato de potasio o aluminio para clarificarla. Y serían los griegos los primeros en ordenarse para tener un sistema de potabilización y distribución similares
a los que hoy circulan por debajo de nuestras calles. Muchos años después, en el siglo 19 coincidirían la invención del grifo a rosca y las primeras contaminaciones cloacales,
en Estados Unidos y el Reino Unido. Cuando aprendíamos a que salga en forma de chorro en un baño ya la naturaleza nos instaba a pensar en la forma de tratar efluentes.
Para quienes abrimos el grifo día a día es algo absolutamente normal, pero la realidad es que hoy en el mundo hay espacio donde el agua es muy escaza y afecta al 40% de las personas,
entre 2.000 y 5.000 millones de personas tienen problemas para acceder a los servicios de agua potable o de saneamiento. El agua hoy se utiliza en gran medida para la agricultura y la producción
de energía, elementales para nuestra subsistencia, no es mucho el porcentaje que nos queda para el consumo. La densidad demográfica sigue creciendo y el desafío por hacer llegar agua a mayor
cantidad de habitantes nos debe mantener atentos como sociedad.
En estos tiempos donde la naturaleza nos golpea hasta el límite de lo imaginable para mostrarnos cuan vulnerables somos nos toca pensar en serio en el cuidado de la reina de la naturaleza, el agua.
El compromiso es de todos y de cada uno. Cuando uno cumple su obligación cívica de dosificar su uso, de comprender que el deber de pagarla no nos habilita a derrocharla, debe entender que está
colaborando de manera fundamental para que otros accedan a otras formas de uso indispensable, desde uno de los 350.000 niños que mueren al año por enfermedades diarréicas hasta ese médico
que hoy salva vidas mientras arriesga la suya.