Agua en la provincia

A mediados de la década del 30, el gobierno provincial acuñó el eslogan «Agua para el Norte y caminos para el Sur», iniciando un ambicioso plan de obras tendientes a lograr las reservas de agua necesarias. Se construyeron los Diques Cruz del Eje, San Roque, Los Molinos, La Viña. El Dique El Cajón, de Capilla del Monte, es el más reciente entre ellos.

Estos esfuerzos fueron acompañados por el gobierno nacional y por otras obras de carácter mixto, entre las que se destacan el Embalse Río Tercero. Estas obras fueron ejecutadas en un marco de desarrollo integral que tenía en cuenta aspectos de carácter cuantitativo -logrados a través de la construcción de embalses- y también cualitativos, destinados al aprovechamiento integral del recurso. Con este fin se creó la Dirección Provincial de Hidráulica.

Con el correr del tiempo, el desarrollo poblacional y económico de la Provincia plantearon nuevos problemas relacionados con el control y regulación de los recursos hídricos.

La construcción de diques, tomas y canales produce la merma de los caudales naturales. A este problema se suma el alto nivel de degradación de las corrientes superficiales de ríos y arroyos debido a la presión de la actividad humana. Los almacenamientos naturales (lagos, lagunas y bañados) y artificiales (embalses y azudes) manifiestan elevados índices de polución y pérdida de su capacidad debido a procesos de colmatación por sedimentos.

Si a esto le sumamos los problemas relacionados al calentamiento global del planeta y al efecto invernadero, con sus secuelas de sequías, exceso de evaporación y fenómenos de desertización, el panorama no presenta un futuro demasiado alentador.

Estos elementos hacen necesario que los villamarienses asuman el compromiso de preservar los recursos naturales para el futuro, mediante un cuidado responsable de las cuencas hídricas (ríos, arroyos y lagos) y realizando un uso racional del recurso.

La correcta administración de los recursos hídricos de la Provincia plantea un desafío que compromete a todos los sectores: gobierno, empresa y usuarios deben velar porque la explotación del agua se lleve a cabo en forma integral generando el mayor beneficio social.

 

UNA REALIDAD LOCAL

Las cuencas hídricas de Córdoba manifiestan características regionales y climáticas particulares. La zona Sudeste está suficientemente abastecida -salvo sequías excepcionales- pero padece serios problemas de contaminación natural. En cambio, la zona Noroeste es desértica y presenta un marcado déficit pluvial.

La disponibilidad de los recursos hídricos de la Provincia de Córdoba puede analizarse teniendo en cuenta dos grandes grupos:

El agua superficial cuya posibilidad de extracción, según estudios existentes, ronda los 100 metros cúbicos por segundo. Comparados con el total nacional, la participación de la Provincia es de 0,5 % aproximadamente, lo que la convierte en una de las regiones más pobres del país en lo que a recursos hídricos se refiere. Esta carencia se profundiza si en la comparación se tiene en cuenta la superficie del territorio provincial. Además son demasiados los ríos y arroyos contaminados y los basurales a cielo abierto que malogran los paisajes cordobeses.

El agua subterránea es capaz de proporcionar una dotación de entre 8 y 10 metros cúbicos por segundo. Estos escasos recursos se ven agravados por el efecto de la contaminación producida por desagües cloacales e industriales que, en forma descontrolada, se vuelcan a cauces superficiales y napas subterráneas, principalmente en los centros de alta densidad poblacional.

 

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